Un fotógrafo japonés que describe instantes que se deslizan hacia el infinito. Más en blanco y negro que a color. No basta con describir su obra en un par de líneas, porque sus fotografías van más allá de una mera toma. Representan amplitudes que suelen engañar al ojo humano, con imágenes que amplían el campo visual.
Pamela De Vicenzi Torres
Hiroshi Sugimoto nació en Tokio en 1948. Aunque en la actualidad, Japón es la mitad de su tiempo. El fotógrafo se radicó en Nueva York en 1974. Sus estudios los realizó en la capital nipona, en St. Paul’s University, aunque no tuvieron relación con su posterior carrera artística: estudió Política y Sociología.
Después de graduarse, se marchó a Los Ángeles, California, para realizar estudios artísticos. Su primer trabajo comenzó en 1976, con «Dioramas». Consistió en un set de fotografías de museos históricos naturales. Sugimoto capturó las imágenes de tal manera que creó una ilusión óptica: las fotografías parecían reales, aunque bastaba una ojeada minuciosa para descubrir el truco.
Sugimoto ha realizado diversas instalaciones a lo largo de su carrera. En 1978, realizó un recorrido por las antiguas salas de cine americano. El procedimiento para fotografiar era dejar la pantalla como única iluminación y la luz se proyecta hacia los asientos y otros espacios del teatro. Se puede observar en dichas imágenes la sensación de infinito y el juego que realiza con el tiempo y su continuidad.
El fotógrafo japonés posee un claro concepto de composición, ya que de acuerdo a los análisis realizados en torno a su figura, es una especie de «arquitecto». En otras palabras, logra involucrarse con los espacios y ubicarlos en la forma que Sugimoto desea. Y no sólo utiliza la perspectiva, sino que también nos proporciona irrealidad, de acuerdo a sus influencias del dadaísmo y del surrealismo.
Otra de sus obras conocidas es «Retratos», de 1999. Sugimoto fotografió figuras de cera de Enrique VIII y sus esposas. Le otorgó una iluminación especial a las imágenes para recrear la ilusión de una pintura real.
En 2001 recibió el Hasselblad Foundation International Award. Ya en la actualidad, en 2009 una de sus fotografías, «Boden Sea», fue escogida por U2 para su nuevo álbum No Line on the Horizon.
Hiroshi Sugimoto define lo que quiere lograr en sus obras: I try to never be satisfied; this way I will always be challenging my spirit (Trato de nunca estar satisfecho; de esta manera siempre seré un reto a mi espíritu). Su simpleza se vuelve complejidad en una fotografía, donde el tiempo y el espacio suelen engañar al ojo humano.
Deja un comentario